¿Qué son los estilos de comunicación?
Los estilos de comunicación principales son el pasivo, asertivo y agresivo.
En el estilo de comunicación asertivo, las personas son capaces de defender sus propios intereses y opiniones al mismo tiempo que respetan que los otros tengan opiniones diferentes sin burlarse. Suelen ser chic@s con una buena autoestima y con empatía (habilidad para ponerse en el lugar y punto de vista del otro y poder ponerse en su situación).
Aunque es el estilo de comunicación más efectivo, es complicado ser asertivos en todas las situaciones y con todas las personas, sobretodo cuando estamos enfadados o cuando estamos nerviosos ante una situación nueva.
En el estilo de comunicación agresivo, los adolescentes tratan de imponer su criterio y conseguir sus objetivos sin importar la opinión ni los sentimientos del otro. Normalmente se sirven de amenazas, burlas y reproches haciendo que la otra persona se sienta mal. Critican el comportamiento de otros, llegando incluso a propagar insultos hacia la otra persona.
En el estilo de comunicación pasivo los adolescentes inhiben su comportamiento con tal de evitar cualquier confrontación.
Quieren gustar siempre a los demás y resultan dubitativos a la hora de dar su opinión. Suelen tener una baja autoestima y a menudo dicen “sí” cuando en realidad querían decir “no”.
¿Cuándo es un problema?
Tanto el estilo agresivo como el pasivo, más allá de favorecer la comunicación entre las personas, lo que hacen es dificultarla. Solo conseguiremos generar conflictos que pueden llegar a implicar consecuencias no deseables a corto, medio y largo plazo, o puede que incluso las suframos inmediatamente.
¿Qué puedo hacer?
¡¡Sé asertivo!!
El estilo de comunicación asertivo es característico de las personas que son capaces de defender sus propios intereses y opiniones al mismo tiempo que respetan que otros tengan los suyos. Es el único estilo de comunicación que facilita la relación entre las personas. La persona asertiva sabe defender sus derechos a la vez que discrepa y además entiende y respeta los puntos de vista de su interlocutor.
Suelen ser personas que tienen una buena autoestima, poseen seguridad en sí mismos y se muestran confiadas. Buscan en la comunicación soluciones satisfactorias para las dos partes sin ninguna intención de manipular.