¿Qué es?
Le podemos llamar nervios, preocupación, angustia, miedo, vergüenza, «agobio»… todo son formas diferentes de nombrar la misma emoción.
Cada día nos pasan cosas que nos pueden poner nerviosos. Ya sea que me pinchen una inyección, que me hagan un examen o que me toque hablar delante de los compañeros de clase. Todas las personas tenemos miedos y hay situaciones que nos incomodan. Las situaciones pueden ser diversas para cada persona y cada uno tienen maneras diferentes de plantarles cara.
Cuando te pones nervioso, es posible que empieces a notar sensaciones desagradables o molestias en el cuerpo. Puedes tener sensación de ahogo o de que te cuesta respirar; y que el corazón te va muy deprisa y te duele el pecho. A lo mejor notas que te sudan las manos y que tienes escalofríos. También es habitual que tengas dolor de cabeza y se te remueva el estómago.
Cuando los nervios son más intensos, puede que no duermas bien y que no tengas apetito.
Los pensamientos también cambian y se vuelven más negativos y catastróficos. Puede ser que no puedas parar de darle vueltas a la misma preocupación y que no puedas concentrarte en lo que estás haciendo.
Causas
A continuación tienes algunos ejemplos de situaciones que preocupan o ponen nerviosas a muchas personas en algún momento:
- las agujas
- hablar en público
- llegar tarde a los sitios
- los perros
- conocer gente nueva
- las enfermedades – estar «malo»
- los insectos
- hablar con personas del otro sexo
- vomitar
- las alturas
- sitios donde hay mucha gente
- pensamientos extraños
- ascensores
- ir en metro o autobús
- pensar en terroristas
- estar solo
- que le pase algo a los que quiero
- que alguien me critique
- la oscuridad
- pensar que pasará algo malo
- suspender un examen
- «cosas» paranormales
- no poder respirar
- desmayarme
¿Qué puedo hacer?
Todas las personas en algún momento estamos nerviosas, es parte de la vida. Los nervios nos ayudan a prepararnos para situaciones difíciles y hacen que nos esforcemos más en situaciones competitivas. La mayor parte de las veces es incómodo estar nervioso, pero los nervios no son peligrosos para la salud si sabemos como afrontarlos.
Pasar una temporada con nervios puede provocar que me sienta triste, o que me sienta incapaz de hacer nada. Para evitar que esto pase, cuida tu bienestar físico y tu bienestar mental. Las técnicas de relajación y las estrategias para afrontar situaciones difíciles, pueden ser una gran ayuda en estos momentos. El ejercicio físico también es un buen alidado para combatir los nervios; mantenerte activo te ayudará a liberar tensión, relajarte y hará que descanses mejor.
¿Cuándo es un problema?
Estar nervioso puede convertirse en un problema cuando hace que dejemos de hacer las cosas que nos gustan o que son importantes para nosotros.
Por ejemplo: no salir con los amigos del insti cuando quedamos en el centro porque me agobio en los sitios con mucha gente. O no puedo hacer una carrera en la clase de natación por miedo a ahogarme. O no poder ir a dormir a casa de un amigo por miedo a estar lejos de mi familia.
Cuando los nervios son tan fuertes o tan frecuentes que no puedo hacer mi vida con normalidad, puede ser que tenga un trastorno de ansiedad. Vale la pena que hable con mis padres o con un adulto de confianza y explicárselo también a mi medico de familia para que me ayude a resolverlo.