¿Qué es?
Un buen ejemplo de dieta sana es la alimentación mediterránea, ya que es rica en verduras, hortalizas, fruta fresca y seca, legumbres, pescado y aceite de oliva.
¡La alimentación ha de ser agradable! Explorar al máximo los aspectos satisfactorios de los alimentos, ya que en el acto de comer intervienen todos los sentidos.
Es necesario masticar correctamente los alimentos para favorecer la digestión.
¡La higiene es también muy importante! Antes de las comidas debemos lavarnos las manos y después cepillarnos los dientes de forma correcta.
¿Qué puedo hacer?
Para que vuestra alimentación sea sana, tendríais que:
- Consumir frutas, verduras y hortalizas cada día
- Comer con frecuencia legumbres y frutos secos
- Priorizar el consumo de pescado y moderar el de carne, especialmente de las más grasas. El huevo es una buena alternativa a la carne y el pescado
- Alimentos como el pan, la pasta, el arroz y las patatas son básicos
- Escoger siempre que sea posible el aceite de oliva tanto para cocinar como para aliñar
- Priorizar el agua al resto de bebidas
- Se aconseja hacer entre cuatro y cinco comidas al día que se complementen entre ellas
- El desayuno es una comida decisiva, es necesario que sea completo y que conste de lácteos (leche, yogurt, quesos) cereales (pan, galletas, cereales) y fruta fresca
- El almuerzo y la cena son comidas complementarios y se ha de evitar la repetición de alimentos
¿Cuándo hay un problema?
Es muy importante que nuestra dieta sea sana y equilibrada, ya que la aportación de alimentos al organismo es imprescindible para la vida y nuestro desarrollo. Los nutrientes que contienen los alimentos que ingerimos nos aportan la energía necesaria para levantarnos por la mañana, ir a la escuela, al trabajo y practicar nuestro deporte favorito.
Con unos buenos hábitos alimentarios y una actividad física regular (Ejercicio físico) incrementaremos nuestro nivel de salud y bienestar.
Los jóvenes que siguen una alimentación sana y equilibrada, y que no se preocupan de hacer dieta, mantienen un peso estable con el paso de los años, dentro de los parámetros correspondientes a su altura y edad ya que su cuerpo no se ha visto “estresado” ni obligado a restricciones de alimentos.
En cambio, los jóvenes que adquieren hábitos de estar a dieta, con el paso de los años acaban ganando peso fuera de los parámetros correspondientes y pueden desarrollar un Trastorno de la conducta alimentaria.